El aneurisma aórtico abdominal se trata de una afección caracterizada por el debilitamiento de una zona de la pared de la aorta, que es la arteria más importante del organismo.
Este debilitamiento provoca un ensanchamiento significativo de la arteria que se conoce como aneurisma, el cual puede presentarse a cualquier altura de la aorta, desde el pecho hasta el abdomen, por lo que cuando aparece en el pecho se le llama aneurisma de la aorta torácica.
Existen dos tipos de aneurisma torácico, clasificación que obedece a su morfología:
- Aneurisma aórtico abdominal sacular: cuando la zona débil se inflama como un globo.
- Aneurisma aórtico abdominal tubular: cuando el ensanchamiento se da de manera simétrica.
El origen del aneurisma de aorta torácica puede ser:
- Ateroesclerosis.
- Trastornos genéticos.
- Arteritis de células gigantes.
- Arteritis de Takayasu.
- Válvula aórtica bicúspide.
- Procesos infecciosos sin tratamiento.
- Traumas y lesiones.
Aneurisma de aorta torácica síntomas
El aneurisma de aorta torácica puede desarrollarse de forma silenciosa, sin manifestaciones evidentes en sus etapas iniciales. Sin embargo, cuando aparecen síntomas, suele ser indicio de complicaciones o de un aumento significativo del tamaño del aneurisma.
En caso de que haya síntomas iniciales, estos pueden ser:
- Espalda adolorida.
- Episodios de tos.
- Ronquera.
- Problemas para respirar.
- Pecho adolorido.
Cuando aparecen los siguientes síntomas, significa que hubo una ruptura del aneurisma de la aorta torácica:
- Punzadas intensas en la espalda.
- Pecho adolorido.
- Problemas serios para respirar.
- Hipotensión arterial.
- Dificultades de deglución.
- Desmayo.
Entre las posibles complicaciones del aneurisma de la aorta torácica, se encuentran:
- Hemorragia interna.
- Coágulos de sangre.
- Eventos cerebrovasculares.
- Aneurisma de aorta diagnóstico
Aneurisma de aorta diagnóstico
El diagnóstico del aneurisma aórtico abdominal suele comenzar mediante la evaluación clínica detallada y, en muchos de los casos, el hallazgo de esta condición, al no tener síntomas, se realiza de manera incidental.
Durante la exploración física, en pacientes delgados, puede llegar a palparse una masa pulsátil en la región abdominal y esto permite al especialista levantar sospechas, pero para la confirmación diagnóstica siempre se requiere de estudios de imagen.
La ecografía abdominal suele ser la herramienta de elección para el tamizaje y diagnóstico inicial, gracias a su alta sensibilidad, especificidad y accesibilidad.
Mientras que, para una evaluación más precisa del tamaño, forma y extensión del aneurisma, se requiere de estudios como la tomografía computarizada con contraste o la resonancia magnética. Estos métodos permiten planificar con detalle la posible reparación quirúrgica.
Aneurisma de aorta abdominal tratamiento
El tratamiento del aneurisma aórtico abdominal variará en función a diversos factores, incluyendo el tamaño del aneurisma, su tasa de crecimiento y la presencia o ausencia de síntomas.
Por lo general, en aneurismas pequeños o asintomáticos se opta por un enfoque conservador, basado en vigilancia periódica con estudios de imagen, control estricto de la presión arterial y modificación de factores de riesgo como la hiperlipidemia o el tabaquismo.
Mientras que para los casos donde el aneurisma llega a un tamaño crítico, crece rápidamente o se vuelve sintomático, se indica tratamiento quirúrgico para prevenir su ruptura. La reparación quirúrgica abierta y la reparación por cirugía endovascular son las principales opciones; para la elección de la más adecuada se deben considerar factores anatómicos del aneurisma, así como el estado general del paciente.
La reparación endovascular es menos invasiva y suele preferirse en pacientes con alto riesgo quirúrgico.
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