La comunicación interventricular o CIV es una cardiopatía congénita en la cual existe un hueco en la división de los ventrículos del corazón, esto origina que la sangre oxigenada se traslade de izquierda a derecha y se mezcle con sangre que tiene un nivel bajo de oxígeno, obligando al corazón a bombearla a los pulmones y no al organismo completo, esto genera un trabajo intenso permanente en el órgano cardíaco y los pulmones, provocando complicaciones que pueden llegar a ser de gravedad.
Como sucede con las cardiopatías congénitas, se desconocen las causas de este defecto, pero se consideran factores influyentes a las cuestiones de índole genética y al medio ambiente.
Es posible que la comunicación interventricular tenga diversos niveles de gravedad y que existan varias al mismo tiempo en diferentes zonas del corazón.
Si bien, las comunicaciones interventriculares leves pueden no requerir tratamiento y no manifestar sintomatología, las de nivel medio o las graves, generan una serie de síntomas serios que pueden poner en peligro la vida del paciente si no se atienden oportunamente, produciendo una problemática importante:
Complicaciones del corazón como insuficiencia cardiaca, arritmias y daño valvular.
Infecciones cardiacas como la endocarditis.
Exceso de sangre fluyendo a los pulmones que generan hipertensión en esos órganos.
Comunicación interventricular signos y síntomas
En la comunicación interventricular los síntomas dependen del tamaño de la comunicación y del grado de paso de sangre entre cavidades. En casos pequeños, esta condición suele ser asintomática y detectarse de manera incidental por la presencia de un soplo cardíaco durante la exploración física.
Pero en casos moderados o grandes, los signos incluyen dificultad para ganar peso, sudoración excesiva durante la alimentación, respiración rápida o entrecortada, fatiga, infecciones respiratorias frecuentes y, para casos de mayor gravedad, signos de insuficiencia cardíaca congestiva.
También puede presentarse retraso en el crecimiento y cianosis si existe hipertensión pulmonar severa.
Comunicación interventricular diagnóstico
El diagnóstico de la comunicación interventricular inicia con la exploración clínica, donde un soplo holosistólico audible en el borde esternal inferior, esto es un ruido continuo que se oye cuando el corazón se contrae y se produce en la parte baja del esternón, y que suele ser el hallazgo más característico.
La historia clínica y la observación de síntomas respiratorios o de crecimiento también orientan al médico hacia el diagnóstico de esta condición.
Para un diagnóstico confirmatorio se utilizan estudios de imagen como el ecocardiograma transtorácico, que permite visualizar de manera directa el defecto y cuantificar el flujo.
Adicionalmente se pueden emplear estudios complementarios como el electrocardiograma, la radiografía de tórax y, en casos más complejos, la resonancia magnética o el cateterismo cardíaco para evaluar presiones pulmonares y la anatomía cardíaca detallada.
Comunicación interventricular tratamiento
El abordaje terapéutico dependerá del tamaño del defecto y de los síntomas. Para la comunicación interventricular pequeña no se suele requerir intervención, ya que muchas logran cerrar de manera espontánea durante los primeros años de vida. Aquí se suele recomendar vigilancia periódica mediante ecocardiogramas y control clínico.
Cuando el defecto es grande o provoca síntomas de relevancia, el tratamiento puede incluir tratamientos recetados como diuréticos, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o digoxina para controlar la insuficiencia cardíaca.
Si persiste el paso significativo de sangre o existe riesgo de hipertensión pulmonar, se recomienda el cierre quirúrgico del defecto o la colocación de un dispositivo percutáneo para evitar complicaciones a largo plazo.
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