La miocarditis es un padecimiento en el que el miocardio o músculo cardíaco se inflama ocasionando arritmias y una deficiencia en el bombeo de la sangre que puede dar lugar a la formación de coágulos y desencadenar un accidente cerebrovascular o ataque cardiaco.
Existen diversas causas para la aparición de esta anomalía, entre ellas:
- Infecciones bacterianas.
- Infecciones fúngicas.
- Parasitosis.
- Infecciones virales.
En ocasiones, la miocarditis puede darse como resultado de una alergia a un medicamento, drogas ilícitas, la exposición a ciertas sustancias químicas o la presencia de otras enfermedades como el lupus.
Miocarditis síntomas
La miocarditis puede presentar síntomas muy variados, pero entre los más comunes se encuentran la fatiga, dificultad para respirar, palpitaciones y dolor torácico que se puede asemejar a los síntomas de un infarto.
También es posible que los pacientes experimenten fiebre, dolor muscular, dolor de garganta o malestar general, especialmente si la causa de la miocarditis es viral.
Para casos de mayor gravedad, la miocarditis puede desencadenar síntomas de insuficiencia cardíaca como hinchazón en piernas y abdomen, respiración entrecortada al estar acostado y mareos o desmayos.
También es posible que la enfermedad pase desapercibida durante varias semanas o meses y sólo se llegue a detectar por complicaciones como arritmias o debilitamiento del corazón.
Diagnóstico diferencial de miocarditis
El diagnóstico de la miocarditis se basa en la combinación de historia clínica, examen físico y pruebas complementarias.
Estudios como electrocardiogramas, ecocardiogramas, resonancia magnética cardíaca y análisis de sangre para detectar marcadores de daño cardíaco, son fundamentales para confirmar la inflamación del miocardio.
En ocasiones también puede ser necesaria una biopsia endomiocárdica para confirmar el diagnóstico y descartar otras posibles enfermedades.
El diagnóstico diferencial es amplio y busca descartar enfermedades que puedan simular los síntomas de la miocarditis como el infarto agudo de miocardio, pericarditis o arritmias primarias, por citar algunos ejemplos.
Miocarditis tratamiento
El tratamiento de la miocarditis dependerá de la causa y la gravedad de la enfermedad. En casos leves se puede limitar sólo a reposo, manejo de síntomas y control de la inflamación mediante antiinflamatorios o antivirales específicos.
El seguimiento cercano es indispensable para detectar cualquier complicación temprana.
En casos de mayor gravedad, sobre todo cuando hay insuficiencia cardíaca o arritmias significativas, puede requerirse el uso de tratamientos recetados que permitan fortalecer el corazón.
La hospitalización suele ser necesaria para monitoreo continuo y ajuste del tratamiento, en función a la evolución del paciente.
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